Consejo cuando la vida se pone difícil, trabaja duro

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Yurchik Ogurchik
Consejo cuando la vida se pone difícil, trabaja duro

Algunos levantadores son implacables. Saben lo que quieren, hacen un plan para conseguirlo y siempre lo cumplen. Parece que nunca pierden la pasión por el entrenamiento y siempre van por buen camino. En resumen, obtienen resultados.

Pero, ¿qué separa a los implacables de los que se tambalean y se rinden?? Aquí hay una cosa: dan la bienvenida a la disciplina. Encuentran consuelo en la familiaridad de un desafío físico.

Pasando por un momento difícil? Eso es exactamente cuando los levantadores exitosos entrenan. En lugar de quejarse de las frustraciones o esperar a que pasen, canalizarán su energía hacia algo productivo. Y al hacerlo, cosechan las recompensas: una voluntad más fuerte, un cuerpo mejor y un trabajo bien hecho.

Limpiar la niebla

Carreras estresantes, drama social, pérdidas trágicas, mudanzas, divorcios o simplemente una vaga sensación de insuficiencia: no hay muchas cosas que puedan sacar a una persona implacable de su plan de juego. Sudan, muelen, se esfuerzan, pierden el aliento y se concentran. Y cuando todo ha terminado, han despejado suficiente niebla mental para ver el lado más optimista de lo que sea que estén enfrentando.

Gente débil: adicta a la victimización

Trabajar duro cuando la vida se pone difícil hace que las personas sean más resilientes. Quejarse, revolcarse en la autocompasión y culpar a los demás ante las dificultades hace que las personas se vuelvan adictas a la victimización. Esa actitud adoptada de debilidad puede extenderse como un cáncer. Causa indefensión aprendida y pusificación habitual.

Cuando la vida se pone dura, trabaja duro. Defiéndete, patea tu propio trasero antes de que nadie más tenga la oportunidad: robarás su poder. ¿Puedes pensar en un mejor remedio cuando las circunstancias de la vida te hacen sentir impotente??

Una vez que el polvo se asienta con problemas difíciles, a los implacables les resulta aún más fácil doblar. Su diálogo interno les dice que si pudieron reunir disciplina durante los tiempos difíciles, seguro que no podrán renunciar a su poder cuando la vida se vuelva más fácil.

Sumergirse

Aplica tu ética de trabajo a tu entrenamiento. No le dé a nadie la oportunidad de pensar en usted como un vago, distraído, ineficiente o débil ... y tampoco se dé esa oportunidad. Acepta la parte del trabajo de tu entrenamiento. Sumérgete en ella.

Nada de esta mierda de "hacer que el ejercicio sea tan divertido que no sepas que es ejercicio". Es trabajo, maldita sea. Es difícil y vale la pena cada vez. No creas que los entrenamientos deben ser rayuela, hula-hoop o Zumba para ser agradables.

Los entrenamientos "divertidos" pueden consistir en relaciones públicas, bombeos musculares, tiempo brutal bajo tensión, espinillas con sangre, dificultad para respirar y callos desgarrados. Ponte duro y sucede algo divertido: la vida se vuelve más fácil.


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