El arroz blanco tiene muchas cosas a su favor. Las personas con conocimientos nutricionales lo prefieren al arroz integral porque el arroz integral contiene ácido fítico, que inhibe la absorción de minerales importantes y dificulta la digestión de proteínas y almidones.
El arroz blanco también está libre de muchos enredos nutricionales que se obtienen con otros carbohidratos. No causa estrés gastrointestinal ni alergias a los alimentos y a los levantadores les encanta como parte de una comida después del entrenamiento porque facilita la recuperación.
También es económico y sus pequeños granos lo convierten en el más adaptado físicamente para mezclar con trozos de pollo, ternera, cerdo o pescado. El problema es que la mayoría de la gente no tiene límites cuando se trata de arroz. Sacan una porción del tamaño de la cabeza de un recolector de arroz y cuando su definición comienza a difuminarse, no se responsabilizan; lo ponen en el grano.
Sin embargo, existe una forma sencilla de reducir las calorías de una porción de arroz hasta en un 50% para que pueda llenarse de este valioso carbohidrato sin aumentar de peso.
Sudhair James, estudiante de la Facultad de Ciencias Químicas de Sri Lanka, y su mentor, el Dr. Pushparajah Thavarajah, estaban preocupados por el aumento de las tasas de obesidad en Asia. Esa parte del mundo come aproximadamente el 90% de todo el arroz y, si bien es un excelente alimento para los atletas, todas esas calorías de carbohidratos no son tan buenas para las personas sedentarias y regulares, especialmente cuando es su alimento básico.
James y su mentor pensaron que si de alguna manera podían reducir las calorías en el arroz, podrían tener un gran impacto en las tasas de obesidad en todo el mundo. Su solución fue notablemente fácil e implicó cambiar la estructura molecular del arroz.
Es muy simple. Al hervir el arroz en agua mezclada con aceite de coco, cambia la arquitectura del arroz, convirtiéndolo en un "almidón resistente", donde dos polisacáridos, amilosa y amilopectina, se conectan para formar puentes indigeribles.
Enfriar el arroz durante 12 horas conduce a una mayor conversión de almidones. El resultado es un alimento con muchas menos calorías.
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