Los seres humanos comparten la necesidad universal de trabajar por algo. Cuando no estamos estirados o alcanzando, nos aburrimos, nos perdemos, nos desinteresamos. Esto es lo que nos lleva a muchos de nosotros a CrossFit: el desafío físico y mental. En un nivel profundo y primario, sabemos que es a través de la lucha que crecemos, y la promesa de esa transformación es electrizante. Nos enriquecemos y nos sentimos más satisfechos cuando superamos los obstáculos.
Nuestra respuesta a esos obstáculos dicta nuestro progreso en el gimnasio, y aquí es donde surge una historia común de CrossFit como un impedimento importante para los atletas: “No he hecho relaciones públicas en dos años."
Los estancamientos de entrenamiento no son un "si", sino un "cuándo", y la mentalidad necesaria para superarlos no es algo para lo que normalmente hemos entrenado. Cuando nos estancamos, nos involucramos en comportamientos que los amplían, y nuestra relación con el obstáculo cambia del disfrute a la frustración o la desesperación. La buena noticia es que esta mentalidad se puede entrenar, como una sentadilla. Y al igual que el entrenamiento de sentadillas, lograr esta mentalidad requiere que primero sepamos cuáles son nuestras debilidades para poder abordarlas con enfoque y claridad.
Hay tres patrones de comportamiento comunes que surgen en los atletas de CrossFit que ven su progreso estancado:
Cada uno de estos patrones de autosabotaje tiene distorsiones cognitivas que los acompañan y que pasan por debajo de nuestra conciencia, pero todos están arraigados en una creencia. Podemos decir "confiar en el proceso" tanto como queramos, pero si nos involucramos en estos comportamientos, inconscientemente esperamos que nuestro progreso sea lineal.
Por que hacemos esto? En parte porque así es como nos enseñan que funciona el mundo. Haz el trabajo, obtén la "A" / la entrada a la universidad / el trabajo / la relación / el PR.
También se debe en parte a que CrossFit se basa en datos: los resultados mensurables, observables y repetibles nos dicen que nuestro programa funciona para mejorar la salud en general. Este es un atributo positivo de nuestro entrenamiento que puede volverse feo. Centrarse solo en los resultados crea un caldo de cultivo para el pensamiento en blanco y negro. Aprendemos a evaluar nuestro desempeño como "malo" o "bueno", y la evaluación depende únicamente del resultado, no del esfuerzo realizado para superar el obstáculo. Cuando solo valoramos nuestros resultados, necesitamos relaciones públicas para saber que estamos progresando.
Superar obstáculos y esforzarse por mejorar es lo que crea el crecimiento físico y mental, pero solo cuando tenemos una mentalidad basada en procesos. ¿Cómo nos enseñamos a valorar el esfuerzo por encima de los resultados y a dejar de auto-sabotearnos?? Construyendo perspectiva, paciencia y positividad.
La perspectiva tiene dos componentes: el autoconocimiento y una visión expansiva del momento presente. Cuando carecemos de autoconocimiento, repetimos nuestros errores una y otra vez. Cuando carecemos de una visión expansiva del momento presente, perdemos el enfoque en lo que podemos controlar.
Para construir el autoconocimiento:
Para crear una vista más amplia de su progreso:
En nuestro mundo, la gratificación inmediata es cotidiana: podemos transmitir, leer o aprender lo que queramos con solo tocar un botón, podemos comprar algo y recibirlo en nuestra puerta 2 horas después, podemos comunicarnos con cualquier persona del planeta y recibir una respuesta en segundos. Pero no podemos seleccionar "Envío al día siguiente" en un PR o incluso rastrear su fecha de llegada. Nuestro yo físico y mental son obras maestras que requerirán años de artesanía.
Para desarrollar la paciencia:
"Nunca lo haré", "No puedo hacerlo", "Por qué yo?"
Es fácil permitir que la negatividad nos supere cuando luchamos, porque estamos programados para pensar negativamente (esto se llama sesgo de negatividad).
Para generar positividad:
Hay un costo mental que acompaña al pensamiento basado en resultados. Una serie de "malos" días de entrenamiento se traduce en ser un "mal" atleta.
Cuando no hacemos relaciones públicas, nos preguntamos si estamos destinados a ser promedio, si alguna vez alcanzaremos nuestras metas. Recurrimos a los comportamientos saboteadores porque necesitamos demostrarnos a nosotros mismos y a nuestros críticos (reales o imaginarios) que somos lo suficientemente buenos. Inconscientemente, aprendemos a usar nuestras actuaciones como una medida de nuestro valor. Cada vez que "fallamos", confirmamos nuestras profundas y devastadoras dudas sobre nosotros mismos.
Nuestro objetivo no es eliminar las dudas sobre nosotros mismos. Cuando nos enfrentamos a un desafío, nos enfrentamos a la incertidumbre, y eso significa que experimentaremos dudas, ansiedad o miedo. El objetivo es aceptar nuestros desafíos, enfrentarlos con aplomo e intención, ver nuestras mesetas como una oportunidad para mejorar de maneras que no esperábamos.
A través del desarrollo de la perspectiva, la paciencia y la positividad, podemos volver a disfrutar de la lucha, a enriquecernos y animarnos a través del proceso de superar un obstáculo. Física y mentalmente, habremos desatado nuestro potencial.
Imagen destacada: TJ Danenza Photography
Nadie ha comentado sobre este artículo todavía.