Brandon Tucker es un atleta y entrenador de CrossFit® que no deja que el hecho de ser ciego se interponga en un buen entrenamiento.
Este metraje fue tomado en el Summer Partner Throwdown de julio en Denham Springs. Esta fue una competencia de acondicionamiento físico diseñada para equipos de dos personas, lo que creó un gran ambiente para que Tucker aplastara su entrenamiento.
Nació con el síndrome de Usher, un trastorno genético poco común que conduce no solo a la pérdida de la visión sino también a la pérdida de audición; tiene aproximadamente un 77 por ciento de pérdida de audición en ambos oídos. En una entrevista con CrossFit.com dijo,
Realmente nunca sentí que me detuviera (...) De una manera extraña, en realidad me hizo más competitivo.
Mi familia siempre ha sido competitiva, así que sabía que tendría que ser un poco mejor en mi juego que otros que podían ver. Lo vi como un desafío más emocionante que como algo que me detendría.
A pesar de su discapacidad, se convirtió en un emprendedor exitoso en Louisiana, y cuando se encontró con el deporte de CrossFit a finales de los 30, dijo que estaba "enganchado", descubriendo que alimentaba su naturaleza competitiva.
Antes de comenzar su propio gimnasio, CrossFit Feliciana, asistió a CrossFit Geaux en Baton Rouge. Su entrenador describió cómo le enseñó a Tucker a realizar kipping pull-ups:
“Siempre que estaba en el kipping pull-up, que pusiera una mano en mi pecho, una mano en mi espalda baja, sintiendo que todo se mantenía apretado, el movimiento hacia adelante y hacia atrás, indicando el movimiento extensión de cadera Le indiqué que pensara como si estuviera saltando sobre una caja, para que sus rodillas se levantaran, disparara sus pies hacia abajo y finalmente sentiría la sensación como si estuviera realizando el pull-up."
Esta semana, CrossFit Feliciana anunció que Tucker participará en un ensayo médico que podría restaurar su visión. (Debido a esto, se le prohibió hacer ejercicio durante los próximos tres meses, por lo que participará en muchos WOD esta semana.)
Pero participar en el juicio es caro. El primer tratamiento cuesta $ 19,600 y, si tiene éxito, habrá muchos más tratamientos a seguir, por lo que está recaudando fondos con una campaña Go Fund Me. Compruébalo si es algo que te interesaría apoyar.
Imagen destacada a través de Marshall Courtney en YouTube.
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