Recientemente leí un artículo de investigación que sugería que los hombres y las mujeres responden de manera diferente a los suplementos de DHA y EPA, al menos en términos de sus riesgos de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.
Específicamente, los hombres responden mejor (i.mi. tienen cambios más beneficiosos en la agregación plaquetaria) a EPA mientras que las mujeres responden mejor a DHA. Los investigadores especularon que las diferentes interacciones entre las hormonas sexuales y las grasas omega-3 son, al menos en parte, responsables de estos efectos.
Estos son datos muy interesantes y, si se obtienen, puede haber buenas razones para formular productos omega-3 específicos para cada género.
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